© La Luciérnaga Online, 2013
P O E S Í A S
Un encuentro de poesía, narraciones, arte y música
CINCO POEMAS
Elsa Frausto

Regresó a la casa
donde había vivido ella
para mirarse en el espejo
donde se miró.
El cepillo aún ahí,
la bata colgaba detrás de la puerta
como un abanico plegado.
Había que abrir los cajones
para llegar a su olor,
pedirle permiso al tiempo,
no irrumpir en el
para que no se moleste.

..........

Nombres
la boca los retiene   la lengua los suaviza
el poema   la poema   lo poema
en esta compota agridulce
de la noche despierta
¿Qué hacer a las once de la noche
y sus profundidades estalagmitas?

..........

Pospuse la muerte por dos horas.
Mientras que estabas trabajando
dió su último suspiro.
Las nubes no taparon al sol,
ninguna voz te susurró al oído,
quizás hasta te hayas reído con un chiste.
Para qué llamar y decirte-
tu mamá habló, se murió.
Te enterarías dentro de poco.
Guardé lo que sabía como un pacto secreto
entre el corazón y la espalda.
Giró alrededor de mi quehacer, se convirtió en la sal
que añado a la comida, esta especie llamada muerte.

..........

Así que esto fue el Paraíso
ahora polvo granoso
más lunar que terrestre.

El Tigris y el Éufrates
se entrecruzan ahí donde Adán y Eva
alguna vez bañaban su joven inocencia.

Ahora las piedras guardan verdades
en el pasar de las noches a los días
y en el séptimo el Señor descansó.

¿Adónde se fue ese día?
Todo es trabajo, aún la guerra
y su engendro, la muerte.

¿Y en el séptimo de qué mes
se acostará el león con el cordero?

..........

Al leerte, te hablo. / Tus palabras despiertan otras, /
ecos de vocales sonantes /
que son, no son el muchacho / que cruza mi vista. / El
cree que lo estoy mirando. /
Los ojos afuera, / la mirada adentro, / ahí donde tu y yo
nos encontramos. /
El sintiempo entre los dos / es el acento de palabras /
escritas en el tiempo. /
¿Puede ser? Lo es. / Así como el rojo de su camisa / o
la pluma que al tocar el papel escribe.
CANTO SIN ESTRELLAS
Dukardo Hinestrosa

A mi tío Noel, que un día
amaneció muerto en la mansarda,
en posición de cúbito dorsal.



“Good evening” por la noche,
Norteamérica, es otoño.  Se oscurece
la ciudad y mi alma todos los días,
a las cuatro de la tarde.

No tengo dollars, ni quarters, ni dimes, ni
cents.  Hollywood enciende sus movie stars.
El tío Sam no cambia su vestido
a rayas.  No parking, no smoking,
no admittance, Don´t walk.

Todavía se habla de Cuba y el premier
Khruschev; prefiero seguir mirando burlesque
y ver a las call girls consumirse como
cigarrillos Kent . Madam, please scotch;
thank you, lady; gracias, gentleman.

Me paro, camino hasta el fondo
del hall; vomito estrellas
donde dice “men”, me voy,
estoy cansado, quiero ponerme
horizontal.  Por lo menos hay
tanto motel.  No parking, no smoking,
no admittance, Don´t walk.

Los freeways reciben y disparan automóviles
por mil; Cabo Cañaveral: otro cohete
ha fracasado; esta vez no partía el coronel
Shepard.  Las muñecas de Playboy hacen
su strip-tease; en Main Street, aún venden
marihuana y ron y habanos de la Cuba
de Fidel.  No parking, no smoking,
no admittance, Don´t walk.

Tercera edición del Herald Examiner:
Mao invade a Nehrú; consejo urgente
de la ONU; Wall Street, caen las acciones,
aumenta el pánico; el café sigue firme
hacia abajo; Bolivia no tiene estaño
que vender, volverán los Patiños tal vez;
el petróleo se le está secando a Betancur,
mientras Pérez Jiménez viaja en limousine.
No parking, no smoking, no admittance,
Don´t walk.

Smile, smile…, Don Juan Váldez,
Tony Curtis y la Liz; 95 dollars un vestido
en Nueva York; la mezcalina ya la aplican
sin dolor y les dio polio a los hijos del Dr. Salk.
What do you want?  -Chicken soup
and coffee, please… Cambió el semáforo,
-son 20 dollars, señor.  No parking,
no smoking, no admittance, Don´t walk.

Tampoco salí esta vez en la revista
Life. I am looking for job, gentleman
o manager o foreman.  I am looking
for job, in employment office.  Yo,
señora, hablo español; pero no soy
de Cuba.  Me exilé por mi cuenta,
sí señor.  No parking, no smoking,
no admittance, Don´t walk.

Las teenagers muestran sus piernas
de marfil, tiemblan sus pelucas
doradas con el Twist.  En el teatro
chino sigue West Side Story.  Lady,
I am sorry, gracias mil.

Otro parade en Hollywood;
por Sunset Boulevard, cantará
la Anderson, un réquiem para
Marilyn, vendrá hasta Meredith,
Faubus, Sammy Davis Jr. y la Piaff
y tocará Armstrong la trompeta
del juicio final.  Volarán los sabres
y los jets, llegará Mr. Mauser with
bazookas, junto con la cápsula de
Glen.  Mejor déme, señora, otro
paquete de Camel y quédese
con el vuelto y el fusil.  No parking, no smoking,
no admittance, Don´t walk.

I have no money, sir, today;
Pero lady, tengo mi alma entera,
los zapatos rotos y un deseo
violento de vivir.
LA NOCHE TRAS BASTIDORES BLANCOS
Celerino Hernández

Respiro detrás de tus ojos
Suspiro sobre tus manos
Conspiro entre tu vientre

Y sin nada termino
Antes del alba.


EL TIEMPO INASIBLE A TRAVÉS DE MI CÁMARA

A través del lente
Miro
Siento
Busco alivio.
PALABRAS
Raúl Arredondo


Salta la esquirla del roble
al golpe oblicuo exacto
que el martillo traza en vacío

Bailan amantes el polvo y la luz

Se huele la goma y la tierra
húmeda de junio

El clavo busca vísceras
incógnitas
otros pecados entre la carne sufrida
de la madera

La indiferencia descansa
en silla nueva.

II

No es claro, pero qué importa.

Ni la procedencia.
Ni el trayecto.
Ni la exactitud.
Ni las dos versiones.
Ni la más probable.
Ni el barrio.
Ni la infamia de la mano compañera.

No es claro, pero qué importa.

En los pobres.
En el caracol libre.
En el aire libre.

Qué importa que no sea claro.
Tu sabia planta curativa.
Sana hijos en exilio.
Su risa.
Tu aliento viven juntos.
Son amantes en tardes justas.

No es claro, pero qué importa

III

Fijaste tu mirada de sal
Besaste la carnosa mejilla de mi soledad
Y me recordaste que existía

Me desataste los brazos
Pinchaste mi carne
Apedreaste mis sueños
Débiles como la niebla
Y me recordaste que sentía

Sembraste tus ojos sobre intemperie
Suspendiste eterna tu existencia
Hurgaste mis vericuetos de fulgor vacíos
Clavaste despiadada agujas en mis aguas
Y me recordaste que era débil

Dejaste mi tierra sin tiempo y sin miel
Mis indómitas negruras
Y desapareciste entre el etéreo bosque de tus pestañas
Te fuiste muda
Eterna
Se torno la oscuridad silenciosa
Y me recordó que también yo poseía corazón.
POETA DEL ESPEJO
Alejandro Molina

Me llevas a los laberintos
de la carne y de los ojos puestos en las puertas
que conducen al cerebro
y a las palpitaciones por los ríos y las estrellas.
Regreso a las oraciones,
a los dedos que acarician las páginas de tu libro
y de tu facilidad de romper esquemas.

Contemplo por mucho tiempo,
pongo el oído por debajo del viernes y la pirámide
para oír el caracol con que te pronuncio
para elevar tu plegaria con mi vocecita
de hueso de aguacate.

Brota el incienso de las visiones
en la metamorfosis escalando los espejos humeantes,
humeantes de la razón y los sentidos
con los que hago una taza de té de siete azahares
y me inyecto de tu tiempo.
Me hago pájaro entre tus líneas,
entre tus calles que huelen a cantera,
a fuego milenario que consume todo testigo
y todo los estilos en una charamusca de espacio
y confesiones donde desaparecen todas las dudas
como tortillas tiesas por el sol,
y la nostalgia de oír los perros detrás de las puertas,
detrás de mis creencias.

Se cosechan verdades.
El día se hace un punto en el firmamento.
Abres tus alas y vuelas por la eternidad
y lo  imposible se hace polvo,
Entonces es que creo que la felicidad existe.
LOS HOMBRES QUE SOY
Gabriel Lerner

Enternecido por mis propios desvelos
desventuras
me doblo
me vengo obediente
giro acorde con el firmamento
que alguna vez fue de cerezos y aguas lilas
y hoy contiene tus ojos achinados
por el deseo y el esfuerzo

y a veces soy un montón de hombres
o de pensamientos
que duermen acosados
se agitan sin aparente causa
como tallos podridos por el eco de la miseria
bajo la luz de la luna seca y tuerta
en el estiércol
en donde sea posible habitar la vida
o al menos esperarla mientras todo cambia

soy un montón de hombres previstos
inocentes
varones de barro
seres traslúcidos
soldados de papel
que cruzan el pantano
y que no se manchan
sus manos resbalan
no aguantan la pendiente tropiezan
apresuran el paso y aligeran la carga
porque huyen delante de los perros famélicos
y de otros hombres
solos espantados inútiles sin aliento
insomnes
vacíos como el viento que los crea.

Ellos son como yo
quienquiera que yo haya sido
si tu versión de turrón y otras mentiras
o yo ese cuento maravilloso
que se contaba mi madre
que se sienta contigo a la mesa
se duerme a jirones después de amarte
todos son como el triste consuelo
que resulta a la larga ser hombre
tibios blandos cansados
demasiado pobres como para
incurrir                                
en los beneficios y conveniencias del ser vivo
eso es inherente a la gente de mi raza
que tengan
el blanco del ojo brillante
la cabeza agachada
por el peso de la culpa
el ceño fruncido
y la mirada definitiva y triste
en su semblante de cera.